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¿Qué es la dislalia?

 

La dislalia es una dificultad específica del habla y la voz, concretamente, de la producción y/o articulación de uno o más fonemas. Los fonemas que se ven afectados de forma frecuente en los niños que padecen dislalia son las consonantes ya mencionadas "r, s, l, k, z, ch". Es habitual que este trastorno condicione el aprendizaje de los niños, por lo tanto, se recomienda que se trate tempranamente.

Así pues, los niños que padecen dislalia acostumbran a eliminar, sustituir y/o distorsionar los sonidos de uno o varios fonemas, por lo que en algunas ocasiones puede resultar complicado entender la palabra que están pronunciando.

 

Causa de la dislalia

  • Causas orgánicas: alteraciones en alguna función orgánica determinada.

  • Causas ambientales: vivir en un ambiente que no favorezcan la fluidez del lenguaje y la comunicación.

  • Causas psicológicas: este tipo de causas se dan cuando un aspecto de carácter psicológico influye en la aparición de la dislalia. Entre estas causas de la dislalia, podemos encontrar trastornos de tipo afectivo, efectos de la inadaptación familiar, traumas, efectos de un ambiente sobreprotector, entre otros.

  • Otra de las causas de la dislalia se encuentra en los factores hereditarios.

  • Falta de comprensión o discriminación auditiva: dificultades para diferenciar sonidos determinados.

  • Dificultades en la percepción de espacio y tiempo, ya que, por consiguiente, la persona también presentará problemas para percibir los movimientos necesarios para producir un sonido.

  • Falta o disminución de la audición: una correcta articulación requiere una buena audición, por lo tanto, si la audición falla, dificulta la adquisición del lenguaje y el desarrollo del mismo.

 

Tipos de dislalia.

Dislalias orgánicas.

 

Estos tipos de dislalias son debidas a alteraciones orgánicas, que se clasifican en función de la zona que se encuentra afectada o alterada. De este modo, las dislalias orgánicas incluyen la disglosia, la disartria y la dislalia audiógena.

  • La disglosia se caracteriza por ser un trastorno de la articulación debido a lesiones físicas o malformaciones de los órganos articulatorios periféricos. Estas malformaciones pueden ser de carácter genético o congénito, es decir, que no son adquiridas, sino que nacen con la persona.

  • La disartria es un trastorno que se da como consecuencia de daños en el sistema nervioso central y se caracteriza por una pérdida del control motor y por una debilidad muscular. Este tipo de dislalia orgánica puede ser debida a una lesión cerebral o desde el nacimiento de la persona. Habitualmente, la disartria se trata de un trastorno grave.

  • La dislalia audiógena es debida a problemas en la audición. Este tipo de dislalia se caracteriza por la existencia de dificultades y alteraciones en la articulación de las palabras.

 

Dislalias evolutivas

Estos tipos de dislalias se caracterizan por una incapacidad para producir de manera correcta los fonemas. Acostumbran a ser debidas a una inmadurez cerebral y un inadecuado desarrollo del aparato fonoarticulator, aparato que nos permite emitir la voz. Es habitual que se presenten estas dificultades cuando los niños y niñas aprenden a hablar, por ello, no se debe considerar dislalia hasta los cuatro años, ya que a esta edad es cuando se considera que las personas deberían presentar una correcta articulación de los fonemas.

Dislalia funcional

La dislalia funcional

 

Hace referencia a las alteraciones de la articulación y pronunciación de determinados sonidos, que son debidas a un funcionamiento incorrecto de los órganos articulatorios, pero sin existir ninguna causa orgánica. La dislalia funcional puede estar causada por un entorno poco favorable. El tipo de dislalia más común y habitual es la dislalia funcional.

Tratamiento de la dislalia

Los principales objetivos del tratamiento de la dislalia son que el paciente aprenda a articular correctamente los sonidos y que consiga adquirir una mayor conciencia fonológica. Por ello, antes de empezar el tratamiento, es importante conocer qué tipo de dislalia presenta el paciente. También se debe evaluar el nivel de articulación que tiene el paciente, para poder adecuar y personalizar el tratamiento de la dislalia a sus necesidades particulares.

Para poder lograr el cumplimento de estos objetivos, se recomienda realizar ejercicios que puedan promover una articulación correcta, hecho que conlleva trabajar la psicomotricidad, para que posibilite una mejora de la agilidad bucal y facial, la distinción auditiva, que permita identificar sonidos, la emisión de todas las articulaciones y un buen control de la respiración. Además, también es interesante trabajar la relajación, a fin de poder eliminar tensiones y rigidez y poder facilitar los movimientos articulatorios del paciente.

Algunos ejemplos de los ejercicios útiles para el tratamiento de la dislalia son reproducir movimientos y posturas bucales, ejercicios labiales y linguales, diferenciar y comparar sonidos, entre otros. Para que el paciente sea capaz de distinguir distintos sonidos, podría resultar útil que el profesional que lleva a cabo el tratamiento alterne la articulación correcta de los fonemas con la articulación incorrecta que producía el paciente, hasta que este sea capaz de diferenciar los sonidos.

Durante el tratamiento de la dislalia, es importante tener en cuenta que no se deben corregir los fonemas que se veían afectados en el paciente, sino que se le deben enseñar de nuevos, como si se empezara de cero. La finalidad del tratamiento de la dislalia es enseñar y/o estimular la capacidad del paciente para ejecutar las posturas correctas para producir determinados sonidos y, al mismo tiempo, promover la mejora de la coordinación de los movimientos necesarios para poder reproducir esos sonidos.

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