PSICOORIENTACIÓN
"El niño que tiene libertad y oportunidad de manipular y usar su mano en una forma lógica, con consecuencias y usando elementos reales, desarrolla una fuerte personalidad." -María Montessori"
¿Qué es la Dislexia?
Se define como “desorden en uno u más de los procesos básicos que involucran la comprensión oral y escrita del lenguaje”. Los problemas que pueden observarse en la escuela se concretan en distintas áreas: pensamiento, habla, lectura, escritura, deletreo o dificultad para manejar signos matemáticos.
Es un importante factor de abandono de la escuela y la más frecuente de las dificultades en la lectura y aprendizaje, pues es un trastorno que afecta básicamente al aprendizaje de la lectura pero que se manifiesta también en la escritura. La Dislexia no se puede diagnosticar fehacientemente antes de determinada edad y los problemas no se limitan al trabajo escolar, sino que formar parte de su manera de ser, ya que influyen en todas sus relaciones sociales.
Un niño con dificultades especificas de aprendizaje suele ser considerado un niño poco inteligente, lo cual es un error, por que su capacidad intelectual es igual o superior a la media.
Consecuencias de la Dislexia.
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Desinterés por el estudio, especialmente cuando se da en un medio familiar y/o escolar poco estimulantes.
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Calificaciones escolares bajas.
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Con frecuencia son marginados del grupo.
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La posición de la familia, y de los profesores, es creer que el niño es un vago lo que hace que el niño se rebele con conductas disruptivas para llamar la atención, o se hunde en una inhibición y pesimismo cercanos o inmersos en la depresión.
Sintomatología
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En la lectura: confunden letras, cambian sílabas, repiten, suprimen o añaden letras o palabras, inventan al leer, comprenden mal lo que leen, se saltan renglones, carecen de entonación y ritmo, se marean o perciben movimientos en las palabras o en los renglones…
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En la visión: parece que tienen problemas en la visión/audición, pero los exámenes médicos no los suelen confirmar.
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En la escritura y ortografía: en las copias o dictados realizan inversiones, omisiones, sustituciones o adiciones en letras o palabras. La escritura varía pudiendo ser ilegible. Tienen dificultad para entender lo que escriben y grandes dificultades para memorizar y automatizar las reglas ortográficas, máxime si no es en su lengua materna. Tienen, o la letra muy grande o, por el contrario, muy pequeña. Ejercen gran presión con el lápiz, o escriben tan flojo que no se puede leer; borran a menudo, y no siempre lo que desean borrar…
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Coordinación motora: tienen grandes dificultades con la coordinación fina y gruesa (atarse los cordones, ir en bicicleta, coordinar distintos movimientos, chutar o botar una pelota, etc.), su equilibrio también se ve a menudo afectado, confunden izquierda y derecha, arriba y abajo, delante y detrás.
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Matemáticas y comprensión del tiempo: cuentan con los dedos o son fantásticos en el calculo mental (e incapaces de traspasarlo después al papel) dificultades con operaciones aritméticas, las tablas de multiplicar, problemas con el manejo de dinero, no aprenden las horas, les cuesta controlar el tiempo y saber el momento del día en el que están, los meses o los años.
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Situación en el espacio: Se pierden con mucha frecuencia, si bien a veces son capaces de recordar lugares por los que han pasado una sola vez.
Para tener en cuenta… El déficit tiene que ser precoz, en el sentido de que debe haber estado presente desde el comienzo de la educación y no haber sido adquirido con posterioridad.
Actuación en el aula
En primer lugar, debe quedar claro que los alumnos disléxicos pueden tener éxito en sus estudios, lo único que ocurre es que necesitan un tipo de enseñanza diferente. El maestro o profesor deberá:
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Ser positivo y constructivo.
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Aceptar el hecho de que el niño tiene dificultades de aprendizaje y podrá tardar hasta tres veces más en aprender y que se cansará rápidamente.
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No se debe tildar al alumno de estúpido o de vago, ni ser sarcástico con él.
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A estos niños no los motivarán los sobornos, amenazas o súplicas para que hagan un esfuerzo. Lo que realmente necesitan son explicaciones e instrucciones más claras, más lentas o con más repetición.
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Elogiar sus capacidades y aprovechar sus puntos fuertes para enseñarle mejor.
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Apoyo familiar, un disléxico sin esto esta abocado al fracaso.
Todo programa para niños con Dislexia debe abarcar tres momentos:
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Estrategias antes de la lectura: los lectores pueden prever el texto ojeándolo, mirando los dibujos, gráficos, examinando el título y los subtítulos. Las anticipaciones del lector aumentan la comprensión explícita e implícita, ya que facilitan la activación de conocimientos previos.
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Estrategias durante la lectura: una de las principales consiste en identificar y jerarquizar las ideas del texto, otra en la confirmación y corrección cuando sea el caso. La actividad de relectura es también bastante común. Finalmente, se sabe que el conocimiento de la estructura de un texto facilita la comprensión: según sea el texto narrativo, expositivo…constará de unos elementos u otros.
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Estrategias después de la lectura: identificar la idea principal (se debe diferenciar del tema). Los resúmenes (entendidos como las operaciones que permiten reducir la información del texto a otras ideas más abstractas e integradoras). Los mapas conceptuales (que no son más que representaciones de conceptos y relaciones entre ellos).
Actuaciones generales en el aula.
En el día a día del aula hay todo un conjunto de medidas generales que siempre hay que seguir:
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Proximidad, en su ubicación en el aula (lo más cerca posible del profesor y de la pizarra). Esto facilita una atención más focalizada, más dirigida, también facilita al maestro el control y supervisión de las tareas y aumenta su motivación.
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Comprobar que el niño ha comprendido el material escrito que va a manejar; explicárselo verbalmente. Si adquiere conocimientos mediante el lenguaje hablado, podremos evaluar esos conocimientos. Necesitará ayuda para relacionar conceptos nuevos con la experiencia previa.
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Abundar en la evaluación oral de los conocimientos del niño: procurar evaluarle de manera oral ya que el lenguaje escrito siempre le penalizará en la evaluación de sus conocimientos. Cuando, irremediablemente, tenga que hacerse por escrito, se aconseja comentar con él a solas nuevamente las preguntas o ejercicios realizados. Eso completa la evaluación real de los conocimientos del niño. La evaluación de los conocimientos por escrito se podría hacer mediante preguntas que impliquen respuestas de clasificar palabras, rellenar con verdadero/falso, completar frases con una o dos palabras, en lugar de preguntas que exigen redactar frases largas o pequeños textos, porque el niño disléxico, al estar pendiente de expresar los contenidos, le dedica menos recursos a la expresión escrita y comete errores ortográficos.
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El niño debe estar informado de cuándo sí y cuándo no leerá en voz alta en clase, así como de lo que se espera de él. Cada tres o cuatro semanas se puede plantear y acordar con el niño una lectura suya en voz alta en la clase. Se trata de darle tiempo suficiente de ensayo como para que pueda haber avances.
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No se le deben dar textos largos para leer. Se trata de que esa lectura no le lleve más tiempo que a otro niño; se recorta en la cantidad a leer, no se aumenta el tiempo de lectura.
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Demostrarle nuestro interés por él y por sus aprendizajes. Hacerle ver al niño que estamos pendientes de él, no para corregirle sino para ayudarle y recordarle algo que hizo bien “el otro día”, preguntarle por sus dificultades concretas mientras realiza un ejercicio, animarle ante esas dificultades, explicárselas y apoyarle.
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No hacerle escribir en la pizarra ante toda la clase. Se recomienda: fecha del día, palabras sueltas o frases muy cortas que completan un texto ya existente. (Tareas mucho más automáticas y cotidianas que son fácilmente recordables y suficientemente “motivantes”).
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Favorecerle el acceso y el uso de la informática o de aparatos electrónicos en función de su edad. Los medios informáticos pueden ser de gran ayuda en cuanto a la corrección ortográfica además de un elemento de motivación para sus tareas de aprendizaje.
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Comentar con el niño personalmente la corrección por escrito de los ejercicios realizados en clase. Hay que evitar la corrección sistemática de todos los errores de su escritura. Hacerle notar aquéllos sobre los que se está trabajando en cada momento y tratar de que entienda las correcciones y aprenda de ellas. No de que las correcciones suenen a castigo, a fracaso, a “yo no sé…”.
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No limitarles su actividad a tareas simples, sino saber dosificarle la cantidad de trabajo. Las tareas simples y rutinarias aburren a cualquier niño: él está capacitado para hacer todo tipo de tareas, aunque no las escriba correctamente.
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Pedirle menos cantidad de deberes para la casa, aunque sin vacilar en ponerle algún ejercicio difícil. Personalizar la demanda con el niño. Nunca se le debe pedir “que él llegue hasta donde pueda”; resulta humillante y lo que hará es extenuarse (aunque no lo quiera reconocer nunca ante el maestro) haciendo todos los deberes para ser como los demás, porque no quiere ser menos. No hay que dejarle a él el baremo, es el profesor el que tiene que decidirlo, pactando con el niño y de acuerdo con su familia.
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No dudar en repetirle y explicarle las cosas las veces que sea necesario. El niño con dislexia se despista fácilmente y su atención es fluctuante en tareas de aprendizaje. No es que se distraiga, sino que su capacidad de atención varía a lo largo del día o de los períodos, y además carece de memoria a corto plazo. Muy importante será que nos fijemos, al explicarle algo, si tenemos su atención puesta en nosotros. El contacto visual con él y la expresión de su cara es el mejor referente para valorar su capacidad de atención en cada momento
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Escribir y escuchar (dictado o apuntes) simultáneamente puede resultarle muy difícil. Por supuesto, cuando llega el momento de tomar apuntes, su precisión es desastrosa, por lo que siempre les deberemos proporcionar un “texto seguro” escrito para que puedan estudiar. Bajo ningún concepto se les debe dejar estudiar de sus apuntes, porque los resultados serían frustrantes.
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El uso de esquemas y gráficos en las explicaciones de clase permiten al niño una mejor comprensión y favorecen una mejor funcionalidad de la atención.
Actuaciones en el aula para su refuerzo psicológico.
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Demostrarle que se conoce su problema y que se le va a ayudar. Esto motiva especialmente al niño, ya que nos ve como una ayuda, no como un castigo o una corrección. Tenemos que lograr que confíe en nosotros y no tenga que esconderse por lo que se recomienda que el docente debe conocer información sobre la dislexia. Estos suelen muchos motivos para evitar y mentir por eso hay que comprenderlos y ayudarles para eliminar esas frustraciones.
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Valorar los trabajos por su contenido, sin considerar los errores de escritura. Este es un aspecto muy importante de cara a favorecer el crecimiento de su propia autoestima. El niño necesita que se le valore lo que tiene de positivo su trabajo y no tanto los errores cometidos.
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Hacerle ver y destacarle los aspectos buenos de sus trabajos.
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No esperar que alcance un nivel lector igual al de otros niños
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Saber que requiere más tiempo que los demás para terminar sus tareas.
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Aceptar que se distrae con mayor facilidad que los demás, ya que las tareas de lecto-escritura conllevan un sobreesfuerzo para el niño. El niño con dislexia es más dado a distraerse y despistarse, por lo que habrá que estar muy atento al modo en que intervenimos para reconducir su capacidad de atención. Deberíamos recordar que el disléxico emplea, de manera científicamente probada, cinco veces más energía cerebral que el no disléxico en cualquier tarea que suponga lecto-escritura, por lo que se agotará con mayor facilidad que el resto. Esta es una de las principales causas de sus distracciones: necesita desconectar porque está extenuado.
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Demostrarle interés por su manera de funcionar en las tareas. Hay que intentar que nos vea dispuestos a ayudarle, no a corregirle, no a sancionarle.
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No frenar su imaginación. Siempre es más eficaz orientar y reconducir que cortar o reprimir, favorece el buen desarrollo emocional del niño.
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Darle unas bases sólidas de metodología y de organización de la tarea. Si le enseñamos a organizar el trabajo, desde el índice de sus libros hasta los esquemas de las lecciones, y le enseñamos a manejar las herramientas de trabajo, le estaremos dando unas buenas bases. Estas bases deben ser compartidas con la familia, para que las puedan seguir en las tareas de casa.
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Estimularle constantemente sin bloquearle psicológicamente. Ciertamente difícil de realizar, pero hay que intentar estar pendientes de animarle a seguir constantemente, sin que llegue a sentirse agobiado por la realización de las tareas.
Estrategias
Ejercicios que se proponen para mejorar la dislexia, por ejemplo:
Tenemos el mismo objeto de diferentes colores, el niño o niña tendrá que agrupar los objetos según los colores. Por ejemplo: cogemos una caja de colores con tres lápices rojos, tres azules, tres verdes, tres marrones, tres amarillos y tres negros y los colocamos alternando unos con otros. El niño o niña tendrá que agrupar los lápices de cada color.
Alternamos las formas y los colores. Por ejemplo: tenemos círculos verdes, círculos rosas, triángulos verdes y triángulos rosas, y cuadrados rosas y verdes. El niño tendrá que agruparlo primero según las formas y después según los colores.
Tenemos varios objetos del mismo color, pero tienen formas diferentes. El niño tendrá que agrupar los objetos según su forma. Un ejemplo: tenemos tres círculos, tres cuadrados y tres triángulos metidos dentro de una caja. El niño deberá ir sacando los objetos y agrupándolos según su forma.
Separar las palabras en letras y luego identificarlas. Por ejemplo:
- papa → p-a-p-a
- libreta→l-i-b-r-e-t-a
- sillón→s-i-l-l-ó-n
- mama→m-a-m-a
Formar palabras con letras, y a continuación deletrearlas. Por ejemplo:
- p-o-r-a→ropa
- b-r-o-l-i →libro
- e-t-g-u-e-j-u→juguete
- a-m-m-a→mama
Ejercicios con palabras encadenadas. Por ejemplo:
Pera- rata-tapa-papa-pamela-lazo-zorro…
Mesa-sapo-pomo-moneda-dado…
Papa-pata-tapa-paralelo-loma-malo…
Arena-nada-dado-doma-malo
Jugar al típico juego del veo veo. Por ejemplo:
- Veo veo una cosa que empieza por la letra pu→ pupitre
- Veo veo una cosa que empieza por la letra pi→ pizarra
- Veo veo una cosa que empieza por la letra vir→ virgen
- Veo veo una cosa que empieza por la letra li→ libreta
Formar frases con palabras que están desordenadas, algunos ejemplos son:
- Luis a pelota juega la → Luis juega a la pelota
- Luis su en una pelota casa tiene → Luis tiene una pelota en su casa
Buscar en las dos frases, la palabra que ha sido cambiada de una fase a otra. Por ejemplo:
- Fui de leche a Madrid
- La viaje de vaca está muy rica
Las palabras cambiadas son leche y viaje, y las dos frases correctas serían:
- Fui de viaje a Madrid
- La leche de vaca está muy rica
Realizar sopas de letras
Hacer crucigramas
Da una frase con las palabras unidas, el niño tendrá que separarlas. Un ejemplo sería:
- Luisviveensucasadelcampo→ Luis vive en su casa del campo
- Luistieneunordenadorverde→ Luis tiene un ordenador verde
- Luissabehablarfrancés→Luis sabe hablar francés
- Luistieneunapizarraroja→Luis tiene una pizarra roja
Contenido tomado de: Guía general sobre Dislexia.